domingo, 22 de julio de 2007

Lecturas Dominicales. (I).

Palermo, Vicente. Sal en las heridas. Las Malvinas en la cultura argentina Contemporánea. Editorial Sudamericana. Buenos Aires. 2007.

Hace algunos meses tuve el agrado de enfrentarme a este libro. Sin embargo, nunca lo había leído de corrido. Era uno de esos libros que dejaba en la mesa de luz por días y que retomaba con la suficiente distancia temporal como para tener que enfrentarme a él de nuevo cada vez. Este fin de semana, encontré –acompañado por el imposible tiempo de Ámsterdam- el tiempo necesario para recorrerlo sistemáticamente y terminarlo.

El libro de Palermo merece ser leído por varios motivos. El primero de ellos es que es un libro ameno. El estilo ensayístico y polémico que encara el autor interpela francamente al lector, lo enfrenta, lo cuestiona, polemiza con él desde la primera página. Esto hace que un libro que es el resultado de una rigurosa investigación escape de las definiciones difíciles y las frases complejas. Palermo logra conversar tanto con el lector especializado como con el lector que por primera vez se acerca a un libro de estas características. Es, entonces, destacable el doble esfuerzo de Palermo.

La segunda virtud de Palermo es el marco en el cual el autor sitúa el tema. Escapa, discute y rechaza cualquier análisis del tema que se centre en la “guerra” como tal. Palermo intenta –con éxito- enmarcar, con maestría, Malvinas dentro del análisis político/identitario de la Argentina.

Los dos primeros capítulos del libro hacen las veces de una brillante introducción al cruce de variables que Palermo nos propone. El capítulo uno indaga sobre la relación entre nacionalismo e identidad. El autor es hábil. Mucho se ha dicho en el ámbito teórico sobre esta relación, pero muy poco se ha escrito sobre ello en el ámbito argentino. El capítulo 1 nos propone entonces el encuadre teórico adecuado para analizar el tema. Nos lleva al campo al que Palermo quiere llevar la discusión: Malvinas como un síntoma que interpela al nacionalismo argentino. Un síntoma que tiene la capacidad de convertirse en “causa”. Causa Malvinas entonces que es capaz, o lo ha sido, de poner en movimiento las pasiones de los individuos más diversos.

Una vez aclarado el marco teórico, al autor nos propone un capítulo 2 excelentemente documentado. Un capítulo en el cual Palermo se propone casi decontruir la causa Malvinas con el objeto teórico de mostrar la historicidad y politicidad, no sólo de esta causa común, sino de cualquier causa capaz de generar identidades de carácter nacional.

Luego el libro avanza en un análisis claro y bien documentado sobre el lugar “de la causa” en la inmediata post-guerra y sus relaciones con el proceso de democratización en el que la Argentina aún está inmerso. No es entonces poco relevante un estudio de estas características. Pone de manifiesto en nuestro ámbito la influencia y capacidad política de la generación de una causa –en nuestro caso Malvinas-que con un extremo potencial y peligro, se manifiesta en todos los ámbitos de la vida política e institucional.

Cada página de libro de Palermo cumple entonces con la virtud de tener un estilo sencillo pero que a la vez está informado por un extraordinario análisis teórico y un, no menos excelente, análisis histórico. Y, por sobre todas las cosas, el libro de Palermo cumple con el objetivo de reabrir la polémica. Como él mismo afirmó en la presentación del libro, abrir las heridas y echarles sal bien para curarlas o bien para que no olvidemos que allí están.

(*) La presentación del libro y el debate que suscitó entre varios académicos e intelectuales argentinos en el Club de Cultura Socialista puede escucharse online.

9 comentarios:

Agustin dijo...

Wow! Por lo visto, te encantó el libro. Tendré que deshacerme de mis prejuicios sobre el Club de Cultura Socialista y leerlo ...

Nicolás Patrici (BRIDGES-LAC) dijo...

Si, el libro es bueno. Me gustó. Además me parece muy valioso el estilo que asume Palermo. Lejos del academicismo se anima a escribirle a todos los lectores. Un ensayo bien pensado.
Por otro lado, a qué se deben tus prejuicios frente al club de cultura socialista? Por cierto, la entidad agrupa a intelectuales y académicos de primera linea.
N

Agustin dijo...

Portantiero no es secretario de Kultura? Hace unos años sacaban una nota bastante elogiosa sobre el Che. Si bien recuerdo, el Che favorecía partido unico, prensa libre inexistente, represión sobre jóvenes "rockeros",etc, etc,..

Alea Iacta Est dijo...

Bueno, puede que sea el caso. No recuerdo la nota de Portantiero. Sin embargo, la mayoría de los intelectuales que conozco personalmente son bastante más democráticos que el Che.
Te recomiendo un artículo interesante de Claudia Hilb al respecto de Cuba y la Revolución. Creo que muchos sino todos aceptarían el argumento de Claudia. http://www.nuso.org/upload/opinion/hilb.php
Me parece que lo tuyo es un prejuicio....
Abrazo
Nico

Anónimo dijo...

agustín, el secretario de cultura es josé nun, otro académico de primera línea.

Agustin dijo...

Andre. Gracias por la corrección! Ahora recuerdo que fue el Sr. Nun el que defendió al presidente "K" de manera vehemente. Al hacerlo, defiende: los super-poderes, la politización del Consejo de la Magistratura, la candidatura "a dedo" de Cristina, el apoyo al Mussolini del Caribe, la total ausencia de transparencia en la gestión del PE, etc, etc, etc, etc, etc, etc, etc, etc, etc. Me encanta que estos señores tengan su club de cultura: lo digo en serio, soy el primer hincha del pluralismo. Pero prefiero hablar de "la pluie et le beau temps" con mi empleada doméstica, que de política con el señor Nun. Saludos.

Nicolás Patrici (BRIDGES-LAC) dijo...

Agustín,

En lo personal, tanto la institución como todos sus miembros me merecen el más profundo respeto intelectual -que en muchos casos se transforma en admiración-. A la vez que me consta que sus miembros tienen un compromiso explícito con la democracia y los valores republicanos.
Luego, cada uno puede y debe debatir, como se hace en este Blog, todas las posturas e ideas siempre y cuando se haga de una manera respetuosa y plural.
Con un abrazo
N.P.

Agustin dijo...

OK, muchachos, se me fue la mano. Sorry. Agustin.

Nicolás Patrici (BRIDGES-LAC) dijo...

No, está todo bien. Cada uno puede y debe expresar sus opiniones, yo simplemente, en tanto moderador, aclaraba las reglas del debate que es siempre sano y necesario.

con un fuerte a abrazo
N