sábado, 7 de julio de 2007

Política Latinoamericana. Reflexiones de un lector de diarios.

De ángeles y demonios. Experiencias de un lector de diarios argentinos.

Leer por Internet los diarios argentinos, desde lejos, se vuelve por estos días, una aventura. La experiencia me recuerda a mi infancia, cuando solía leer con ahínco aquella serie titulada “elige tu propia aventura”. Recuerdo que con mi hermano elegíamos leer cada uno un resultado diferente. Y al fin de cuentas, poder conocer todas las posibilidades que brindaba la historia. Recuerdo mi ansiedad al ir de una página a la otra por medio de aquel precoz link.

Leer los diarios Argentinos por Internet hoy me llevan a aquella experiencia de ansiedades al ir de un link al otro. Lamentablemente la aventura tiene un sólo final y el diario es incapaz de contarlo.

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Ha sido hoy un día de esos en los que la experiencia que relato tuvo lugar.

Primero Clarín me atrapó con una interesante entrevista al politólogo español Heriberto Cairo sobre las consecuencias de la Guerra de Malvinas y la transformación de la relación Espacio-identidad-guerra. Conozco personalmente a Cairo. Se que su intención es noble. Sin embargo, no termino de comprender su afán por presentar el concepto de soberanía de manera erosionada. Toda lucha identitaria hoy está aún ligada a la lucha por la soberanía (Euskadi, Catalunya, Palestina, Los territorios Sub-saharianos, Chechenia, etc).

La soberanía sigue teniendo el poder de delimitar los espacios legales e identitarios. Cairo prefiere pensar que no es así. Que la soberanía se erosiona por un proceso de “múltiples tomas de decisiones”. Cairo está en sintonía con un liberalismo post-moderno al que yo no le encuentro más que peligros: el peligro claro está, es el de la pérdida de la definición misma del espacio político, no el de su redefinición. El de la pérdida de lo político. Pero está es una larga discusión…

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Dejé mi discusión con Heriberto para sumergirme en el caso Miceli. Corrí como un loco de link a link. De blog en blog. De diario en diario. Solamente una reflexión retumba en mi mente. Orwell puso en boca de su protagonista en 1984 que nadie iba a hacerle pensar que 2 + 2 es 5. Miceli y el gobierno, parecen querer pensarlo e impulsar a que se piense. No hay más alternativa para la ministra que la renuncia. No hay explicación posible, solo ridiculez. Olvidaba que la ridiculez, claro, es parte constitutiva de las declaraciones públicas de algunos. “2+2 NO ES 5” reza el personaje de 1984, mientras leemos que el INDEC se debate entre la vida y la muerte. Ventajas de la estadística, le guste o no a los empiristas.

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Por último me encontré con unos viejos conocidos. Parece ser que los muertos resucitan. Es que los fantasmas son demasiado poderosos como para ignorarlos. Se juntaron todos: Menem, Rodríguez Saa, Puerta. Todos juntos para intentar arrebatarle la identidad peronista a su majestad N.K. Interesante reunión. Interesante fórmula repetida. Será que la argentina es un país peronista?. No lo sé. Me asombró un detalle. La Nación publicaba una nota en la que se repetía la palabra “marchita” al referirse a los cánticos y ruidos de las gentes que asistieron a la reunión. Luego publicaba una nota de Menem defendiendo los noventa. En fin. Pluralidad o contradicción.

Lo cierto es que la argentina vuelve, en este contexto pre-electoral, a reeditar el desprecio por el pluralismo. En vez de suponer que diferentes ideas suponen diferentes concepciones, se debate la representatividad del justicialismo en manos de aquellos poderosos fantasmas o en manos de su majestad el Sr. K.

Es prudente remarcar que Puerta estaba presente en la reunión, en vistas de que Macri está en su casa en París. Será el desafío del PRO tal vez, evitar diluirse en el debate maniqueo?. Será también el desafío del ARI intentarlo?. Es que otra vez, ángeles y demonios. Maniqueísmos en vez de pluralismo. Como fuere, leer los diarios argentinos es una aventura cuyo final, lamentablemente para mí, ya no depende de las advertencias de mi hermano menor….

N.P

2 comentarios:

Agustin dijo...

La soberanía, que tema. No me considero post-moderno, pero tiendo a favorecer esquemas de soberanía compartida, dividida, limitada, provincializada: es la razón del fenomenal éxito de Holanda en el siglo XVII, de los Estados Unidos y de ... la Unión Europea en el siglo XXI!!!

Tengo la sensación, Niccolò, que por momentos te dejas llevar por tus lecturas y no prestas suficiente atención a la realidad cotidiana. Me refiero a "elefante en el living-room", que no siempre está presente en tus análisis: la globalización. Cuando el recorte de árboles en el Amazonas influye sobre la cosecha de trigo en Iowa, o cuando la contaminación en China cambia la cosecha de arroz en Japón, estamos por definición ante un problema global: la noción de FRONTERA --importante para soberanía, al menos en una de sus acepciones-- pierde relevancia.

Algo parecido sucede con tus comentarios sobre los "failed states", dicho sea de paso. Que el Taliban considere su régimen como el más perfecto, está muy bien ... hace 30 años. Ahora no: vuelos transatlánticos baratos, internet, etc., convierten al Taliban en un peligro CLARO & PRESENTE para el mundo civilizado.

En sintesis: creo que la cuestión de la globalización es relevante para el análisis de la soberanía, y para los "failed states". Hobbes & Machiavelli son muy útiles, pero estamos en el siglo XXI. Abrazo. Agustin.

Alea Iacta Est dijo...

Agustín,

Gracias por el comentario. Vamos por pasos.

Primero el asunto de la frontera y soberanía. Sin entrar en la UE y el debate sobre la soberanía en el bloque -que sería larguísimo-, tomemos el caso de un país X federal. Por qué rechazas en un gobierno dividido una noción central de soberanía?. No es acaso el gobierno federal el que tiene poder de intervenir en un Estado en caso de emergencia y/o excepción?.
Niveles de gobierno no quiere decir soberania compartida o dividida. En este sentido la "frontera" como concepto no sólo es territorial, sino ética -cosa que se relaciona con el comentario sobre los régimenes-.
División de poderes, niveles variados de gobierno y demás cuestionen no discuten en muchos casos la noción central de soberanía, sino que son "formas políticas" adecuadas para gobernar la normalidad, que evitan la crisis. Pero cuando la crisis irrumpe, ese es otro tema.
Entonces, soberanía y frontera no están necesariamente atados a forma de gobierno, sino que son anteriores a su formación. Atribuir muchas veces a la globalización -término que prefiero en su versión francesa, mundialización- la capacidad de "remover las fronteras" es quizás ver el "elefante" pero no ver por donde el elefante se mueve. Salvo que estemos siempre dispuestos a renunciar a la seguridad que ofrecen las fronteras -paradójicamente la unión europea es una gran gran frontera, cuando se discute su ampliación se discuten sus límites, cuando se discute inmigración se discuten sus fronteras, cuando se discuten aranceles se discuten sus barreras-. Además claro está, que la UE, USA y la Holanda del siglo XVII sabían hacer: proteger.
Pero si es cierto, tal vez yo sea, por formación, muy temeroso de una horizontalización desmedida.
Esto está relacionado con lo de los talibanes que citás. Tu comentario me deja como un ser ciego ante el peligro. No es así. Insisto con el término frontera. No puedo, hasta ahora no encontré la manera, de juzgar racionalmente a la democracia liberal como el régimen político perfecto. Por varios motivos. Primero porque no me gusta el universalismo. Le temo. Prefiero ser relativista. Segundo porque no es posible ser pluralista y afirmar rotundamente una jerarquía de valores de manera convincente. Lo único que me queda para sostener una forma de gobierno sobre otra es la decisión ética. Por lo tanto, esto supone asumir que la disputa entre valores solo se resuelve por medio de la generación de espacios pacificados. De nomos sobre los cuales inscribir el derecho. Derecho que se sostiene de aquella decisión ética fundamental -la declaración de derechos en la const. americana por ejemplo, salvo que me crea eso de "verdad evidente"- Otra vez soberanía, decisión y límite.
Por eso puedo declarar al talibán mi enemigo y no un ser que ni esa calificación merece. A mi me parece claro y evidente que esos régimenes son un peligro para mi mundo. Ahora no diría que mi mundo es mejor o más perfecto que el de ellos. Diría que como es mi mundo debo defenderlo, limitarlo. Dirás puro nihilismo, si. Pero no logro encontrar otro argumento lo suficientemente lógico -sin caer en la misma fé que tiene el talibán pero de este lado claro-.
Por eso me cuesta, teóricamente, utilizar el término failed states. Primero habría que definir Estado, luego forma de régimen perfecta, y luego ver a los que son "falladas". Esto no es defender a los talibanes , sino simplemente tratar de no ser ingenuo teóricamente.
En un punto si estoy 100 por cien de acuerdo contigo, Hobbes y Maquiavelo son muy útiles, yo agregaría, aun en el siglo XXI.
Abrazo
Nico